
¿Cuántas emociones tocan con frecuencia la cotidianidad de cualquier persona? Y ¿Cuántas de esas emociones por ser denominadas “negativas” se prefiere ignorar? Las emociones han sido mostradas por muchos años como sinónimo de vulnerabilidad e incluso se ha vendido la creencia de que la vulnerabilidad es sinónimo de debilidad, pero realmente no funciona de esta manera. En la montaña rusa de la vida, se puede atravesar en un mismo día por muchos momentos que traerán una emoción con ellos, y es allí donde debes centrar tu atención de ahora en adelante.
Las
emociones nos ayudan a crecer y a conectarnos
Al partir de un nuevo concepto que hace referencia
a que la vulnerabilidad es una herramienta poderosa para los seres humanos
porque permite que nos conectemos, se puede estar frente a un nuevo panorama
que concede la posibilidad de aprender de cada emoción propia que llega desde
el sentir y vivir el presente; así como de convertir en momentos maestros los
relacionados a cada emoción que veo en el otro, donde se puede aprender de lo
que sucede afuera de la propia realidad de vida, pero que resuena por completo
en la humanidad de quién la percibe.
Esas emociones pueden tener una nueva
forma de ser recibidas y aceptadas, tal vez de forma similar a como se observa
y recibe un hermoso regalo, aunque en ocasiones generen sorpresa, pero
mostrando una buena intención de quién lo entrega, de esta forma se puede hablar
entonces que sin importar la forma como se vayan presentando las emociones a lo
largo del día, cada una de ellas estará llegando para regalar un poco de
conocimiento propio, es decir, cada emoción muestra un poco de lo que se tiene
en el interior, de todo eso que tal vez está sin resolver por no haberlo
sentido.
Las emociones nos ayuda a crecer porque son regalos para conocernos a
nosotros mismos, puede decirse que son oportunidades para entrar en
consciencia, porque cuando se está frente a una emoción que puede atravesar por
completo el cuerpo al sentirla, se estará viviendo el momento presente, y
sanando todas las conexiones que pueda tener ese detonante con la historia
pasada, de todo lo que se ha almacenado de experiencias pasadas, y de lo que
incluso se trae en el ADN, de la historia familiar.
Si se toma la elección de habitar la emoción para
sentirla tal como llega se podrá sanar cada vez más y vivir a plenitud.
Por: Natalia EH
Facilitadora
de Procesos del Ser
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